El
sismo que hace unos días tomó por sorpresa a gran parte de los
hermosillenses y pasó desapercibido para otros tantos, me hizo recordar a
un personaje muy peculiar que vivió durante muchos años en mi querido
barrio Villa de Seris.
Según relatan, fue por allá en la década de los 40 cuando este aguerrido hombre de alrededor de 50 años de edad, se subía al techo de la iglesia, que en ese entonces era plana pues no contaba con cúpula ni campanario, para gritar a todo pulmón que en el futuro habría temblores que derribarían los enormes edificios construidos sobre el vado del Río Sonora. Curiosamente en ese tiempo no existían tales construcciones, pues el Río Sonora llevaba tanta agua que separaba a Villa de Seris y demás comunidades del sur, de las del centro y norte de Hermosillo, al grado de que la gente que vivía en Villa de Seris, que en ese entonces todavía era considerado el pueblo, tenía que cruzar en una lancha para llegar a la “ciudad”, que no era otra cosa que el centro o área comercial de Hermosillo. Es por eso que la mayoría de las personas le decían que estaba loco, pues le explicaban que no era posible edificar nada sobre un río. Sin embargo, el “Güero Flautas” les respondía muy seguro de sí mismo, que dicho río se secaría hasta quedar sólo un vado en el que levantarían muchos edificios. Pero sus predicciones no paraban allí, pues además aseguraba, como si ya lo estuviera viendo, que habría temblores e inundaciones que los derribarían y que habría gente corriendo por todos lados para salvar su “pellejo”. ¡Imaginen mi sorpresa cuando me entero en las noticias que varias oficinas del Centro de Gobierno y de otros edificios cercanos, tuvieron que ser evacuados a causa de un sismo! Si bien nada se derrumbó y no pasó a mayores, gracias a Dios, me impresionó ver en la televisión a las personas abandonando apresuradas sus lugares de trabajo para evitar cualquier peligro, casi como lo dijo el “loco” o “pro
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